Autor: Dr. Rodrigo González Gaete (médico
cirujano)
Extracto del libro
1. El ácido clorhídrico del estómago del carnívoro es 20
veces más concentrado que el de los herbívoros. Por lo que permite a los
carnívoros destruir los grandes trozos de carne que tragan. Nosotros somos
herbívoros.
2. Los herbívoros
poseen en su mandíbula un movimiento lateral (diducción) que les permite moler
el alimento en sus molares. Este movimiento no lo poseen los animales
carnívoros.
3. La saliva de los herbívoros tienen gran cantidad de
ptialina (enzima que degrada hidratos de carbono) ideal para comenzar la
digestión oral de las féculas de los alimentos vegetales, en cambio, los
carnívoros no tiene ptialina en su saliva porque no deben comer féculas
(hidrato de carbono).
4. Los herbívoros tiene molares y no colmillos, en cambio,
los carnívoros tienen colmillos para desgarrar la carne, y molares modificados
que sirven para cortar los pedazos de carne y tragárselos enteros.
5. La carne es tan sólo un pedazo de cadáver, que se pudre
debido a las bacterias y al oxigeno que existe dentro del intestino y crea
sustancias tóxicas rápidamente, por ende, la carne debe ser eliminada lo ante
posible.
6. Los herbívoros tienen un tubo digestivo que mide 12 veces
la longitud del cuerpo, en cambio los carnívoros tienen una longitud de 3 veces
la longitud del cuerpo, para eliminar lo más rápido posible ese alimento tan
tóxico cuando se descompone.
7. La ingesta de carne en herbívoros, obliga al estómago a
incrementar la cantidad de ácido clorhídrico en el estómago. Esta
hiperclorhidria no permite que el alimento pase del estómago al duodeno (donde
se le añade al bolo alimentario jugos digestivos pancreáticos y biliares) y
cuando no pasa, el estómago comienza a realizar fuertes contracciones, causando
dolores cólicos (Pawlow) y con el tiempo el estómago se dilata (gastrectasia)
trayendo la acumulación del alimento con fermentaciones anormales, rápida
putrefacción y alteración de la mucosa gástrica que puede llevar a la úlcera
gástrica.
8. Para el buen funcionamiento del intestino grueso,
requiere que el alimenta degradado tenga un pH ligeramente ácido. En la
alimentación carnívora por la fermentación bacteriana se liberan gran cantidad
de amoniaco y bases diversas (las cuales alcalinizan el medio), en cambio la
fermentación de los alimentos vegetales libera varios ácidos: carbónico,
acético, láctico, butírico, etc.
9. Una vez que el alimento es absorbido por el intestino
delgado, pasa a la sangre y luego al hígado donde se detoxifica, pero como la
carne está muy cargada de toxinas (ej.: purinas, ptomainas, cadaverinas, etc),
el hígado no puede limpiarla completamente, lo que produce acidosis y
arteriosesclerosis.
10. Las personas que comen carne en forma moderada (3
v/sem.) hacen que sus riñones trabajen (filtración) 3 veces más. Con el tiempo
y con el sobreesfuerzo su función de deteriora significativamente, llevando en
casos extremos a insuficiencia renal.
11. La dieta rica en fósforo, como es la cárnica, evita que
se absorba las cantidades necesarias de calcio hacia la sangre, lo cual impide
que existan un equilibrio en las concentraciones de calcio, fósforo y magnesio
en sangre. Esto hace que no se estabilicen correctamente las membranas
celulares, llevando como consecuencia a nivel nervioso: a la depresión,
nerviosismo, estrés, fatiga; a nivel cardiaco: irregularidad en la regulación
del latido cardiaco y de la presión arterial. A nivel óseo: mayor probabilidad
de alteraciones de la mineralización como osteoporosis, etc.
12. Por el gran dolor del sacrificio que genera el
degollamiento del animal, se libera gran cantidad de ADRENALINA,
neurotransmisor que en personas sanas provoca entre muchas cosas: hipertensión
arterial, aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, libera glucosa del
hígado (diabetes), aumento de la secreción de ácido clorhídrico (gastritis),
excitación del sistema nervioso central por lo cual la persona se siente más
nerviosa, intranquila, con insomnio, estrés, etc.
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